Muchas veces nos encontramos en la disyuntiva de lo que el duelo es realmente. Muchos pensamos que solo es la partida de un ser querido, sin embargo, es mucho más que eso. El duelo es un proceso psicológico que se produce tras la pérdida ya sea de una persona querida, un animal, un objeto, etapa o evento significativo, una ausencia, un abandono o una muerte.
Es importante recordar que todas las personas somos diferentes, desde nuestra forma de ser, nuestra historia, experiencias de vida y los métodos o aprendizajes de afrontamientos que poseemos. Y esto, solo llevara a que vivamos el duelo de una manera diferente, más allá de la forma en como esta persona, animal u objeto se fue de nuestra vida, tendremos una forma diferente de asimilar esta pérdida.
La experiencia emocional de enfrentarse a la pérdida es lo que llamamos elaboración del duelo, que nos lleva a la necesidad de adaptarnos a una nueva realidad de vida. Vamos a pensar que el duelo es similar a una “herida” podemos decir entonces que necesita un tiempo de “cicatrización”. Así como la herida que lleva un tiempo de cicatrización, así es el duelo que lleva un tiempo para nosotros sentirnos mejor.
El duelo, tiene varias fases que hay que ir superando, aunque ello no significa que en todas las personas aparezcan todas las fases, que se presenten durante la misma duración o inclusive se presenten después de la perdida; en ocasiones uno puede vivir el duelo mientras se está aun con la persona o animal.
A continuación, te comparto las fases del duelo y una pequeña explicación de las mismas.
Esta suele darse de manera inmediata, frecuentemente está relacionada con el estado de shock o de “Esto no me puede estar pasando a mí”. Negar la pérdida es una forma de decirle a realidad que espere, que todavía no estamos preparados.
Luego de superar la negación comienzan a surgir sentimientos de frustración, de impotencia hacia la pérdida. Sentirse frustrado conlleva que aparezca sentimientos de enojo y/o de irá.
Buscamos las formas de hacer que lo inevitable no sea posible. Esta etapa es muy breve ya que estar pensando todo el día en soluciones es realmente agotador.
En este periodo empezamos a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y ello genera sentimientos de tristeza y de desesperanza.
Comienza el estado de calma asociado a la comprensión y aceptación de la muerte o las pérdidas como parte natural de la vida humana. Se trata de aprender a convivir con esta pérdida y crecer a través del conocimiento de los sentimientos.
Si tu has sufrido una perdida, te aconsejo hagas lo siguiente:
· Habla sobre la muerte de tu ser querido con amigos y colegas para poder comprender qué ha sucedido. Negarse que ocurrió la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrarte.
· Acepta sus sentimientos o las etapas del duelo. Después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento.
· Cuida de ti y de tu familia. Comer bien, hacer ejercicio y descansar te ayudará a superar cada día y a seguir adelante.
· Ayuda a otras personas que también lidian con la pérdida. Al ayudar a los demás, te sentirás mejor.
· Celebra la vida de tu ser querido. Enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, ponerle su nombre a un nuevo bebé o plantar un jardín en su memoria. Sólo tú sabes cuál es la forma más significativa de honrar esa relación única.
En muchas ocasiones, cuando un amigo o conocido pierde a un ser querido nos invade la duda de no saber qué decirle o cómo actuar. Muchas veces intentamos "animar" a la persona con frases como "no pienses más en eso", "tienes que ser fuerte", "el/ella no querría verte llorar", a pesar de tu buena intención, este tipo de comentarios lejos de ayudar, no le permiten a la persona a sanar o liberar sus emociones. Lo ideal es abrir las puertas a la comunicación, haz preguntas como: "¿cómo estás hoy?”, "llámame si necesitas algo". Además, hablar de nuestras propias pérdidas y de cómo las afrontamos y adaptamos a ellas puede resultar de utilidad a la persona y puede favorecer que se sienta comprendido y que hable de su propio proceso.
Si necesitas de apoyo, no olvides de contactarte con un profesional de la salud mental. Está bien no tener todas las respuestas y no tener las herramientas necesarias o suficientes para sobrellevar este dolor
Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad
El TDAH es un trastorno que afecta la concentración y aumenta la impulsividad, diagnosticado desde la infancia, y puede ser manejado con medicación, terapia y estrategias organizativas.
Si al Duelo
El duelo es un proceso psicológico tras una pérdida significativa, con fases como negación y aceptación. Afrontarlo implica hablar sobre la pérdida, aceptar los sentimientos y buscar apoyo profesional.
La Ansiedad
La ansiedad es una preocupación constante y excesiva que afecta la vida diaria y se manifiesta en síntomas físicos, pero puede ser manejada con ayuda profesional y hábitos saludables.
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